Valencia en Fallas es toda una experiencia. Que demonios, Valencia en sí es toda una experiencia pero, en época de Fallas se vive diferente. Más de un millón y medio de personas visitábamos la ciudad del Túria el fin de semana del 19 de Marzo, uno de sus día más importantes. Como podéis imaginar las calles estaban repletas de gente de la ciudad y muchos curiosos llegados de todas partes del mundo para vivir su fiesta.
Debo confesar que fui, inepta y primeriza en esto de las Fallas, con algo de miedo, ya que no soy muy amiga de los petardos ni el fuego. Siendo yo, como sabéis, animal playero y acuático, después de ese fin de semana me he reconvertido en ferviente admiradora de la cremá. No es que quiera ponerme a quemar cosas, no me entendáis mal, es que, una vez vivida la experiencia sé que repetiré sin duda en años venideros.
Pero, vamos al lío. No soy quien para dar consejos (holaaaa, solo he estado tres días de mi vida en Valencia en fallas, pero os quiero contar mi vida) pero si si a alguien le sirve mi experiencia de estos tres días bienvenido sea 🙂
Cosas geniales de un fin de semana fallístico o que no perderse en un tres días caóticos:

- El olor a pólvora. No puedes perderte una mascletá, aunque sea una. Cada día a las 14:00 la plaza del ayuntamiento se llena de pólvora, gente, humo y ruido. Pensé que me daría miedo o que me iba a agobiar pero, nada más lejos de la realidad. Aunque había infinitas personas a nuestro al rededor y el aire se llenó de un humo muy intenso en apenas segundos, es una experiencia flipante. Los masclets van a toda caña, sobre todo en la traca final, importante no taparse los oídos, hace más mal que bien.

- Los espectáculos de luces en las calles. A-LU-FLI-PAN-TE. No lo había visto en TV ni en nada relacionado con las fallas, así que me sorprendió muchísimo. Se trata de un espectáculo de luz y sonido, donde una calle literalmente revestida de luces baila al son de la música. Pudimos ver dos, pero creo que había cuatro más, que me dio pena perderme.

- Las fallas. Claro, of course. Como he dicho pequé de primeriza en muchas cosas pero, gracias a eso, me sorprendieron otras tantas. El tema de las fallas me pareció fascinante. No sé porque esperaba una o dos por barrio y, claro, aluciné. En algunas zonas ¡había una por calle! Todas diferentes con su historia, su sentido, el esfuerzo y dedicación que la gente pone en ellas… y su pequeña falla infantil al lado, las mini-fallas me robaron el corazón, me las hubiera llevado a casa todas. De las casi 800 que poblaban la ciudad apenas pudimos ver unas 25-30, así que es importante seleccionar como moverse por la ciudad según cuales pretendas visitar. Las más monumentales suelen ser las del ayuntamiento y las de la categoría Sección Especial, aunque vimos algunas más pequeñas que también son una pasada. Por desgracia no pudimos llegar a la plantà, el día 15 cuando las fallas se dan por acabadas y comienza la fiesta. Pero si llegamos al siguiente punto, la cremà.

- La cremá. Mi cosa favorita del fin de semana y, al menos durante este excitement del momento, del mundo. Las primeras en arder, a partir de las 22h, son las fallas infantiles. Estas pueden dar un poco de penilla porque son tan pequeñas y cuquis que dices ooooh ¿por qué? tan monas… Pero el apoteosis llega con las grandes, eso es una oda al fuego en la que se te olvidan las penas y los lamentos. En teoría las fallas grandes arden todas a partir de las 00:00h, excepto la falla ganadora y la del ayuntamiento que se queman a la 1:00. Pero en realidad, hay un truco para poder ver varias fallas arder: como algunas fallas requieren la presencia de los bomberos se queman más tarde, dependiendo de la disponibilidad de estos, así que, si te planificas bien, puedes disfrutar del espectáculo varias veces. Nosotras llegamos a ver seis, desde las 00:00h hasta la 1:20 aproximadamente.
- La nit del foc. El castillo, el castillo, me decían todo el rato y yo esperaba pues ¡eso! un castillo XD pero no. Desde el paseo de la Alameda se puede ver cada noche (del 15 al 18) este espectáculo de fuegos artificiales que mola mucho. El cielo se ilumina en cientos de colores y la gente alucina con sus aaaaah, oooooh, como es típico. Digno de ver, no en vano en Valencia son maestros pirotécnicos.

- Las falleras. Pues sí, de mayor quiero ser fallera. Fuimos a ver la ofrenda a la Virgen de los Desamparados y me apasionaron los trajes. El traje regional valenciano es precioso, lleno de brocados y detalles en oro, con unos peinados increíbles y unos zapatos maravillosos. Así estaba yo, fijándome en estas cosas, siguiendo a la comitiva hasta la plaza de la Virgen. A la patrona de la ciudad le hacen una ofrenda de flores, con la que le crean un manto y un tapiz hermoso.

Breve guía de supervivencia para tu primera vez en Fallas:
- Planifica. Si vas de fiesta, vas de fiesta y a la aventura pero, si quieres ver cuantas más cosas mejor hazte con un mapa y ponte serio. Ten en cuenta que si, por ejemplo, quieres ver todas las fallas ganadoras, el recorrido puede ser largo. De hecho, pueden estar cada una en una punta de la ciudad. Ayúdate del tranvía y prepárate para caminar. Eso sí, cuenta con una inmensa cantidad de gente en todas partes y a todas horas. Hay fallas en las que puedes tardar más de media hora solo en rodearlas para verlas, de la cantidad de personas haciendo lo mismo que tu. Paciencia 🙂
- Planifica más. Parece broma, pero no. Si quieres comer/cenar sentado durante el fin de semana será mejor que lo planees con antelación. A no ser que tengas mucha (excesiva) suerte, es prácticamente encontrar sitio en los restaurantes/cafeterías del centro a horas punta. En caso de necesidad extrema o vicio supremo, recurre a los food truck. Había muchos, sobre todo en la zona del mercado y, aunque también tenían una cola de espanto, al menos te asegurabas la comida.
- Comodidad ante todo. Seguramente te pases el día entero fuera de casa así que ve lo más cómodo que puedas. Zapatillas deportivas y muchas capas de ropa. A la mañana puede hacer fresco, al mediodía calor, a la noche frío y tal vez llueva. Todo puede pasar en marzo.
- La playa como respiradero. Si necesitas salir de entre el gentío o descansar del bullicio, puede que la Malvarrosa sea tu salvación.
- Come buñuelos de calabaza. No pierdas la ocasión. Yo nunca los había comido y son una autentica delicia. En la Horchatería Santa Catalina la gente hacía cola para comprarlos casi a cualquier hora. Con un chocolate caliente pueden alegrar tu vuelta a casa a cualquier hora 😉
Poco más me queda por contar. Tres días muy intensos de una Valencia en Fallas maravillosa y muy, muy divertida. Y vosotros ¿habéis estado alguna vez en las fallas?