Hace poco os conté que, gracias al Blogtrip organizado por Debabarrena Turismo, había descubierto muchas cosas nuevas de esta comarca. Una de ellas fue la Ruta de los Dólmenes, un recorrido por unos paisajes increíbles con una visita guiada que te hará querer saber mucho más de los primeros pobladores de nuestra tierra.
Por cierto que tenéis toda nuestra experiencia descubriendo Debabarrena aquí.

Pero primero…
¿Qué debes saber de Ruta de los Dólmenes?
La ruta completa tiene unos 22 kilómetros, incluidos los de subida y bajada desde los pueblos de inicio y final, uniendo las cimas de Karakate a Iturriberri. Está marcada como PR-GI 94 y no tiene demasiado desnivel (a no ser que subas desde Bergara). No es una ruta circular por lo que necesitaréis cierta infraestructura si queréis hacerla completa. Si comienzas en Soraluze, desde el parking de Karakate, necesitarás que alguien te recoja después en Bergara.
Pero no sufráis, que acabamos de empezar. Si 22 kilómetros te parecen muchos te cuento a continuación la que hicimos nosotros. La visita guiada por la Ruta de los Dólmenes tiene un total de 9 kilómetros (4,5 de ida y otros tantos de vuelta) en los que veremos 7 monumentos megalíticos. Comienza en el parking de Karakate, junto a la antena de comunicaciones, y termina justo en el mismo sitio tras recorrer el cordal que une las cimas de Karakate e Irukurutzeta. Entre 700 y 900 metros de altitud más o menos, como ves, no con mucho desnivel.

Es una ruta sencilla y cómoda, ideal para toda la familia. Por supuesto podéis hacerla de forma libre, siguiendo las indicaciones y señales marcadas y parando en los paneles explicativos que anuncian e ilustran sobre cada monumento megalítico. Sin embargo yo os recomiendo uniros a una de las visitas guiadas, son una gozada y aprenderéis muchísimo. Os aseguro que os volarán la cabeza en muchos sentidos, pues hay muchas cosas que tenemos tan asimiladas del pasado y que no son… por eso mola ir con quien sabe.
Tenéis toda la info para apuntaros a las visitas aquí. Nosotros fuimos con Violeta y no pudo ser mejor, lo disfrutamos muchísimo. Encima es gratis.
La Ruta de los Dólmenes en Debabarrena, increíbles paisajes e historia.
Vale, me has convencido, vamos a la ruta de los dólmenes, ¿qué vamos a encontrar? Pues de entrada lo que su propio nombre indica, dólmenes, túmulos y un menhir todos pertenecientes al Neolítico y la Edad de Bronce. Pero además de estas maravillas la ruta ofrece unos paisajes de infarto.
Os puedo asegurar que desde el cordal tendréis unas vistas de lujo. A un lado el valle del río Urola y al otro el del río Deba, como mantos verdes hasta llegar por un lado al mar y por otro a avistar algunos de los picos más icónicos de la geografía vasca. El Anboto, Aizkorri o Gorbeia, se alzan majestuosos tapando el horizonte. Dicen que, en los días más claros, se puede divisar hasta Peñas de Aia.

Os ha quedado claro que los paisajes son muy bonitos, ¿no? Pues ahora vamos a dar un paseo por la Prehistoria.
Un poco de historia de la Ruta de los Dólmenes
Esta ruta debe su nombre y su existencia a J.M. Barandiaran, quien descubrió la mayoría de los monumentos megalíticos en torno a 1920. Junto con Aranzadi y Eguren fueron completando las excavaciones hasta sacar a la luz algunos de ellos, aunque otros se han excavado hace bien poco. Sin embargo ya estaban catalogados y publicados en varias obras de investigación.
Todos los restos arqueológicos se encuentran en lugares estratégicos del cordal, elevados, cerca de agua y puntos de tránsito. Esto demuestra una sociedad avanzada, territorial, donde los dólmenes y túmulos servían como enterramientos y como marcas de límites. Y es que es durante el neolítico cuando comienza el sedentarismo, con el cambio de clima y la posibilidad de salir de las cuevas, cultivar alimentos y criar ganado, estableciéndose junto a zonas seguras.

Es en esta época cuando se comienzan a usar la piedra pulida y la cerámica, restos que se han encontrado en las excavaciones de esta ruta. En los túmulos se hallaron restos de diferentes vajillas cerámicas, piedras de chispa, fragmentos de huesos, collares, alhajas y otros adornos además de muchas cenizas. Esto obedece a un cambio de costumbres, del enterramiento a la cremación y la certeza de que muchos monumentos utilizados durante el megalítico se reutilizaron en la Edad de Bronce.

Los dólmenes y el menhir, propósito y megaconstrucciones
Lo primero que aprenderás haciendo la ruta de los dólmenes es que la mayoría de cosas que pueden parecer uno, no lo son. O al menos no son como los tenemos en mente. La estructura si es la que imaginamos, dos (o más) losas de piedra de gran tamaño enterradas en posición vertical, sobre las que se coloca otra losa horizontal que hace de tapa o cubierta. Esto servía como sepulcro en el que se introducían los cuerpos y sus ajuares funerarios pero, aquí viene el pero, luego eran enterrados. Las estructuras eran cubiertas con túmulos de tierra o piedras para que pasaran lo más desapercibidas posible.

¿Qué diferencia hay entre un dolmen y un mehir? El segundo es una piedra sin trabajar de gran tamaño colocada en vertical en la tierra, digamos a modo de lápida, marcando el lugar de enterramiento. Los dólmenes son las construcciones antes mencionadas, que acaban formando una cámara o cavidad a modo de cueva para los enterramientos. Como os decía quedan ocultos bajo tierra.
Durante la Ruta de los Dólmenes encontramos solo un menhir y hasta 7 dólmenes en distintos estados de conservación y fase de excavación. Algunos han sido excavados y estudiados, otros están proceso y otros permanecen a la espera. Muchos fueron desgraciadamente saqueados.

Si hacéis la ruta sin guía, fuera de la visita oficial, veréis que durante el recorrido hay algunos túmulos marcados en los que tendrás que echarle imaginación. Se ve el túmulo y algunas piedras pero nada que indique, además de los paneles explicativos, que estamos ante un monumento megalítico. Sin embargo, atendiendo a los paneles y fijándote bien podrás aprender muchas cosas sobre el pasado. Cómo los construían, hacia donde los orientaban… Si haces la visita guiada además podrás descubrir quién los construía, con que fin y otras muchas curiosidades que seguro que desconoces.

Por un bosque que parece de cuento de hadas llegaremos hasta el menhir, posiblemente el icono de la ruta, pues se trata del monumento más reconocible. Debes saber que hasta principios de los años 2000 no se supo qué era un menhir. Se había catalogado como monolito, tumbado en una cima de piedra.
En los años 20 se creyó que se trataba de una marca para separar alguna frontera. Sin embargo, ya en nuestros días, gracias a las excavaciones modernas se descubrió que se trataba de un menhir y se tomó la decisión de volver a ponerlo en pie. Esta decisión es reversible, por si en futuras excavaciones se desmintiera lo conocido hasta ahora.

Después llegaremos a Irukuretza, la cima del monte y otro de los monumentos más visibles de la ruta. De este dolmen se conserva la losa de la cámara original y un montonazo de rocas y piedras al rededor. Se observa perfectamente el acceso a la cámara que, cuando fue excavada en los años 20, ya había sufrido numerosos saqueos. En ella se encontraron balas y hasta monedas fechadas en 1793.
Aquí acaba la ruta de la visita guiada y volvemos, no por donde hemos venido, sino que cambiamos ligeramente el recorrido para volver hasta el parking de Karakate. Puedes hacerlo por el mismo camino también, esto lo dejamos a tu elección, pero si vas por el «camino de abajo» te acompañará la sombra de esta preciosa arboleda.

La ruta completa, ¿quieres llegar hasta el final?
Si no quieres parar aquí, puedes seguir completando la ruta en la que verás otros 8 monumentos megalíticos. Aquí si encontrarás algunos excavados, que dejan ver la estructura del dolmen y la cámara sepulcral. E
En Kerexetaegia Sur, se aprecia por ejemplo la estructura original, que quedó al aire en 1921 y de la que se conservaban 3 losas. Es el dolmen mejor conservado de la ruta y en el que más piezas arqueológicas se han encontrado, desde un hacha hasta restos cerámicos y óseos pasando por puntas de flechas y lijas para afilarlas.
Frantsesbasoa también deja su cámara funeraria a la vista, aunque es de menor tamaño, apenas 1,5 metros de largo, lo que sugiere un uso individual. En Agirreburu se encontraron restos humanos que se están estudiando y que podrán dar mucha información a las investigaciones actuales.
A veces es complicado hacerse a la idea de como eran estas construcciones en el momento en que se realizaron. Por eso, en el microsite de La ruta de los dólmenes de Debarrena turismo podéis ver unos vídeos de reconstrucciones 3D de los monumentos más estudiados.
Para hacer la ruta completa tenéis este wikiloc creado por Debarrena Turismo bien detallado para no perderse. Durante los 11 kilómetros de recorrido por el cordal la mayoría del camino es recto y casi sin desnivel.
¿Qué me dices? ¿Te animas a hacer esta ruta? Yo estoy deseando volver a hacerla al completo y es que la visita guiada la disfrutamos a tope!
¡Me encanta la ruta Iria! Me apasiona está epoca de la historia, así que sin duda me plantearé hacer la ruta de los dolmenes de Debabarrena algún día. ¿Cuanto tiempo se tardaría en hacer esta ruta por libre?
Hola Miriam! Pues tres horitas (quizá un poco más contando los accesos) creo que no te las quita nadie. Pero el camino es muy agradable y casi sin desnivel una vez que llegas al cordal. Es genial!