Como os contaba en el post anterior de esta serie (Amsterdam) una de las cosas que caracteriza a Holanda es el valor que da a su arquitectura, tanto tradicional como moderna. Vamos a seguir con el breve recorrido por la arquitectura moderna en Rotterdam.
En este caso, la ciudad es un caso especial, en el que el valor de la arquitectura tradicional se acentúa debido a un terrible suceso. Los cimientos de Rotterdam nacen en torno a 1200 pero poco queda de todo ese pasado. Durante la segunda guerra mundial, en un terrible bombardeo de apenas 15 minutos, los nazis destruyeron la mayor parte del centro urbano.
Tras la guerra comenzó la reconstrucción, basada en hacer de Rotterdam una ciudad de trabajo moderna y cosmopolita. La mayoría de los edificios dañados durante el bombardeo se destruyen para dar paso a estructuras nuevas. Estos barrios de apartamentos y construcciones tan distintas a las habituales dejan patente su nuevo espíritu. Una forma novedosa de ver las ciudades, no en vano, en Rotterdam se construye la primera calle peatonal comercial de Europa.
Con todo esto la ciudad se convertirá en un referente para el desarrollo de la arquitectura moderna en Rotterdam y eso es lo que vamos a explorar en este post.
Café de Unie (Jacobus Johannes Pieter Oud)

El café de Unie primigenio tuvo la desdicha de sufrir el gran bombardeo de 1940. Nada quedó de la preciosa fachada diseñada por Oud en 1925, comparada en muchas ocasiones con las composiciones asimétricas de Mondrian. De hecho este diseño es uno de los referentes del movimiento neoplasticista.
En 1986 se reconstruyó, el nuevo Café de Unie que ahora podemos visitar, muy cerca de donde se encontraba el original. Como el diseño de Oud, este nuevo café juega con las formas plásticas en la fachada, no solo de forma plana, también tridimensional. Los carteles de neón sobresalen de las paredes para poder ser vistos desde cualquier ángulo.
Durante mi visita el café se encontraba en obras, aunque ahora ha vuelto a abrir al público en una reforma de Peter Hopman.
Schouwburgplein (West 8)

Esta pedazo de plaza (más de 10000m2) diseñada por West 8, a los que ya conocimos en Amsterdam, es literalmente el corazón de Rotterdam. Un gran espacio público vacío pero repleto, flanqueada por el Teatro Municipal, sala de conciertos, la estación central también obra de W8, restaurantes y centros comerciales.
La plaza hace las delicias de ciudadanos y turistas pues siempre hay algo en ella. Instalaciones artísticas, microteatros, músicos… Las grúas que iluminan el espacio se mueven para adaptarse a las distintas actividades y el suelo, que combina diferentes materiales, hace las veces de escenario.
Es sin duda lugar de encuentro en el centro de Rotterdam, aunque no a todos convence su aspecto futurista, es todo un referente.
Euromast (Hugh Maaskant)

Construida en 1960, con sus 185 metros de alto, la torre Euromast es la más alta de los Países Bajos. No solo eso, también ofrece las mejores vistas de Rotterdam. En lo alto de la torre podremos encontrar un hotel y un restaurante pero, si no queremos usar ninguno de sus servicios también podemos subir pagando la entrada, cuesta unos 10€.
Al verla sin más puedes pensar que no tiene nada de especial, pero Euromast tiene su aquel. Es de hormigón, con un diámetro de 9 metros y sus cimientos los forman 131 pilotes y un contrapeso de casi dos toneladas. Esto hace que su centro de gravedad se encuentre bajo tierra, garantizando su estabilidad. Curiosidad: el ascensor giratorio sube los más de cien metros en apenas 30 segundos.
Puente Erasmo (UNStudio)

Construido en 1996 sobre el río Mass, su misión es unir el centro histórico de Rotterdam con la zona más nueva, de reciente expansión de la ciudad. Se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad, incluso en el logotipo oficial de Rotterdam. Los ciudadanos pronto lo bautizaron como el Cisne o el Arpa, por su forma algo curva y asimétrica. Su singular pilote de acero se puede ver desde casi cualquier punto del río, con sus 139 metros de alto como si fuera una “Y” invertida. De él salen los 34 cables de acero tan característicos que forman su reconocible silueta.
Casas cubo (Piet Blom).

Todo un clásico. Las Kubuswoning, o casas cubo, son el conjunto de casas más molón de todo Rotterdam y el exponente de la arquitectura moderna en la ciudad. Fueron diseñadas por Piet Blom en 1984 de forma realmente original. ¿Por qué poner el cubo simplemente de pie? ¿Por qué no girarlo 45º? Venga, sí, que yo puedo. Y así están los 32 cubos, sostenidos sobre pilares hexagonales en perfecto ángulo.
Se accede a ellos desde una plaza en torno a la que se articulan todos las casas como si formaran una colmena pero habitadas por gente que vive normal, como si tener los techos y ventanas en planos con un ángulo de 45 grados fuera lo común.
Uno de los apartamentos se puede visitar, al módico precio de 3€. Como podéis imaginar la distribución de las casas quiere ser común, pero lo consigue a medias. Tengamos en cuenta que, de los 100m2 de cada apartamento, más del 25% no se puede aprovechar por la inclinación de las paredes.
Cada casa se divide en tres pisos: el primero dedicado a la sala de estar y la cocina, en el medio dormitorios y baño, y en el piso superior un espacio triangular usado como salón. Al menos en el caso del apartamento visitable, suponemos que cada vecino usará el suyo como quiera. Yo en mi pirámide superior me haría un solarium-sala de lectura de lo más hermoso.
Algunas de las casas cubo también son un hostel y dos están en airbnb, si tenéis ilusión ¡podéis pasar una noche en ellas!
Supongo que algunos tendréis curiosidad por ver las Casas Cubo por dentro, así que os dejo alguna foto más, aunque son malillas. La verdad es que es toda una experiencia 😀
Museo de Arte Kunsthal (Rem Koolhas)

Construido en 1993, este museo no solo une dos zonas estratégicas de la ciudad, si no que es directamente atravesado para conseguirlo. El precioso parque a un lado y el intenso tráfico de Rotterdam al otro, quedan separados pero unidos por este museo.

En esta foto se puede apreciar como el edificio «vuelta» sobre el desnivel dentro. Desde luego, los detalles constructivos son lo que más llama la atención de esta obra. El uso de los materiales es realmente innovador, acero, madera, hormigón e incluso plásticos se entremezclan creando este edificio tan singular.
Dentro se divide en cuatro zonas diferenciadas, incluyendo un auditorio, zonas de exposiciones, cafetería… Una de las anécdotas más curiosas se produce en octubre de 2012, cuando varios cuadros de considerable valor fueron robados del museo.
El parque de la zona trasera del museo es uno de los más bonitos de Rotterdam, no dejéis de daros un paseo.
Y con esto terminamos la segunda parte de este breve recorrido por la arquitectura moderna holandesa en Rotterdam. Si quieres saber más: veníamos de Amsterdam y pronto viajaremos hasta Utrecht 🙂