Más de 2000 años de historia se concentran en la pequeña ciudad de Périgueux. Un rico pasado galorromano, pasando por una época medieval de enorme relevancia para la zona y una etapa renacentista dorada para la ciudad. En la región de Aquitania, Périgueux es capital del Perigord Blanco y del departamento de Dordoña. ¿Quieres saber qué ver en Périgueux?
¿Qué nos ofrece esta ciudad?
Qué ver en Périgueux, una ciudad de 2000 años.

Périgueux tiene un tamaño perfecto para pasear y un ambiente más animado que otros pueblos de alrededor, aunque sin pasarnos, que estamos en Francia 😉
En el casco histórico se mezclan su pasado medieval y renacentista, creando un entramado de callecitas estrechas plagadas de comercios y cafeterías. Una no puede evitar fijarse en cada detalle de las fachadas. Además la ciudad está incluida por la UNESCO en el Patrimonio Mundial dentro de las rutas del Camino de Santiago.
Comenzamos nuestro paseo en la torre Mataguerre (2€), la única de las 28 torres medievales que custodiaban la ciudad que queda en pie. Apenas quedan restos de la muralla que protegía Périgueux con 12 puertas de acceso. Desde los matacanes de la torre se pueden contemplar las diferentes formas de los tejados medievales del casco y las cúpulas de la catedral de Saint Front.

Nos adentramos en las calles medievales encontrando autenticas joyas para fotografiar como la casa del pastelero, un precioso edificio del siglo XIV con una puerta en esquina renacentista.
Pasando la pintoresca plaza de Saint Louis, encontraremos la morada de Saint Front, un suntuoso hotel también renacentista. Más adelante, la casa Estignard, una vivienda medieval adaptada posteriormente al gusto del renacimiento. ¿Os recuerda a algo? Parece un Chambord en miniatura.

Catedral de Saint Front, símbolo imprescindible qué ver en Périgueux.
El emblema de la ciudad es su catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998.

Saint Front se empieza a construir en el año 1120, sobre los restos de una iglesia anterior que había sido destruida en un incendio. Su estilo románico-bizantino era poco frecuente en Francia aquella época, pero la inspiración para clara: San Marcos de Venecia.
La relación comercial de Perigueux y Venecia era estrecha, gracias a la conocida «Ruta desde el Mediterráneo al Atlántico por el río Garona«. Esta ruta llegaba desde Italia hasta Burdeos por una serie de canales y ríos creados o adaptados para este fin.
De ahí la influencia de la catedral de Périgueux, que servirá después como prototipo para otras iglesias cupulares francesas.

En su ábside destaca un colosal retablo del S. XVII de estilo barroco tallado en madera. Sus naves son iluminadas por gigantescas lámparas de araña colocadas por el arquitecto Paul Abadie durante la restauración que realizó en el siglo XIX. Como curiosidad, esta restauración le inspiró para construir el mismísimo Sacre Coeur de París.

A los pies de la catedral encontramos la plaza de la Clautre, donde el sábado pudimos disfrutar de un mercado tradicional de verduras y productos típicos de la zona, como las trufas o el foie.
El pasado romano del Perigord Blanco:
Nuestra primera parada es el parque de las Arenas, dominado por la Torre Vesuna el único resto qué ver en Périgueux de un antiguo templo romano del siglo II.
Además encontramos los restos de la antigua muralla galorromana que rodeaba la ciudad y los vestigios de un anfiteatro con capacidad para 20.000. Hay que usar mucho la imaginación para ver esta estructura o visitar el Museo Vesunna, donde una maqueta nos ayudará a entender la zona. Pensemos en una anfiteatro muy similar en forma y tamaño al de Nimes, que deja patente la importancia de Périgueux en la época.

Museo Vesunna, los orígenes de Périgueux.
Una de las cosas más chulas qué ver en Périgueux. Construido alrededor de una domus romana del siglo I, este museo da fe del pasado galorromano de la ciudad. El espacio, diseñado por Jean Nouvel, es un enorme cubo de cristal que encierra la excavación arqueológica con un sistema de pasarelas en torno a la vivienda nos permite ver, preservando perfectamente, todas las estancias de la casa que, por su tamaño, debió pertenecer a alguien muy importante de la época.

Durante nuestro paseo por la domus, podemos ver todos los objetos encontrados en ella, desde elementos constructivos y arquitectónicos, hasta las cosas más sencillas y pequeñas de la vida diaria. Útiles de cocina, de aseo personal, joyas, estelas funerarias, mosaicos e incluso se conserva la pintura de las paredes en algunos tramos.

Las entradas del Museo Vesunna cuestan 6€. Tenéis un montón de descuentos familiares y de grupo que podéis consultar en su página web.
Muy cerca del museo Vesunna y del parque de las Arenas encontramos los restos del castillo Barrière, un castillo del siglo XII que fue destruido en un incendio durante las Guerras de Religión del siglo XVI.
Frente a el está la iglesia de la Cité, la primera catedral de Périgueux que, durante la misma guerra, quedó sin dos de sus cúpulas, dándole el aspecto incompleto que tiene ahora.

Información de interés: qué ver en Périgueux.
¿Cómo llegar a Périgueux?
- La forma más sencilla de llegar a Périgueux es en coche, aunque la única zona «céntrica» en la que podrás aparcar sin pagar es cerca de la estación de tren (pero no en el parking de la misma estación que te quedas sin un riñón). Desde allí hasta la catedral apenas son 15 minutos andando.
- El coche además en un indispensable para moverte libremente por los pueblos cercanos, auténticas joyas del Perigord blanco como Brantôme o moverte hacia el Perigord negro, la zona del Dordoña, donde encontrarás maravillas como estas.
- Puedes llegar en tren a la misma Gáre, pero tendrás que pasar primero por Burdeos. Lo mismo si quieres ir en avión, el aeropuerto más cercano con vuelos desde España es Burdeos (a una hora aprox de Périgueux).
¿Qué comer en Périgueux?
- La gastronomía de la zona del Perigord blanco se basa principalmente en el foie, el pato y las trufas y puedes degustar estos platos en casi cualquier restaurante. Nosotras disfrutamos mucho cenando en L´Amuse Gueule, un bistrot con ínfulas de pub en el que lo mismo te tomas unas tablas de embutido y quesos, pruebas un foie grass excelente o te bebes unos gin fizz de escándalo.
- El mercado de productores locales se coloca en la plaza y calles cercanas a la catedral los miércoles y sábados por la mañana. Merece la pena darse un paseo y comprar alguna latita de micuit 😉