Decía Antonio Machado que todas las ciudad tienen su encanto y Granada tiene el suyo y el de todas las demás. Razón no le faltaba, Granada es una ciudad especial, hermosa, llena de vida y de historia. Sobra decir que no solo de la Alhambra vive Granada y aunque visitarla sea totalmente imprescindible, la ciudad nos ofrece muchas más cosas que no nos podemos perder. ¿Quieres saber que ver en Granada?
En este post ya os hablé del recorrido de la Dobla de Oro, una serie de visitas turísticas a los monumentos andalusíes más importantes de la ciudad, así que en este post nos centraremos en otras opciones para descubrir Granada más allá de la Alhambra.
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La Catedral de Granada.


Sería difícil pasar de largo pero, por si acaso, no te la pierdas. La de Granada es la catedral con la portada renacentista más grande de España y un monumento verdaderamente impresionante por sus dimensiones y su belleza arquitectónica. Los Reyes Católicos encargaron su construcción sobre la Gran Mezquita, pero fue durante el reinado de Carlos V cuando se realizó finalmente. En su interior destacan varios elementos como la portada, la Puerta del Perdón, la de San Jerónimo y la de la Capilla Real, tan sublimes que son consideradas obras claves del Renacimiento español.
En pleno corazón de la ciudad en su plaza y las calles de su alrededor encontremos numerosas tiendecitas, bares y cafeterías de lo más agradables. Muy cerquita de la catedral, encontraremos el Corral del Carbón.
La Madraza un imprescindible que ver en Granada.


Junto a la catedral, La Madraza fue la primera universidad de la ciudad, fundada por Yusuf I en 1349. En su época fue una de las importantes del mundo árabe para el estudio del Corán. Tras la conquista de Granada Felipe II la cedió al Cabildo y, desde entonces, su fisonomía ha ido cambiando hasta el aspecto barroco que podemos ver ahora. De la época nazarí se conserva un precioso oratorio, cuya cúpula octogonal te dejará sin palabras. Se puede visitar por solo dos euros.
Frente a la Madraza encontraremos la Capilla Real y el pequeño aljibe de la mezquita. Como curiosidad, este aljibe es el monumento musulmán más antiguo de esta zona de Granada ya que es lo único que queda en pie de la Mezquita Mayor sobre la que se construyó la catedral.


Carrera del Darro.


Considerada una de las calles más bonitas del mundo, la carrera del Darro es una de las calles más antiguas de Granada. Recorrerla es un placer que todo el que visita Granada merece. A los pies de la Alhambra por un lado y del barrio del Albaycín por el otro, la carrera del Darro discurro junto al río del mismo nombre, desde la plaza Nueva hasta el Paseo de los Tristes.
A lo largo de nuestro paseo podremos ver la preciosa iglesia de Santa Ana, la de los Santos San Pedro y Pablo, la sede del museo Arqueológico, el Bañuelo y los restos del puente del Cadí, del siglo XI, que comunicaba la Alhambra con el Albaycín.
Nos gustó mucho descubrir el Patio de los Perfumes, una tiendecita ubicada en un palacio Renacentista del siglo XVII, con su patio convertido en un pequeño jardín botánico. En su bodega encontraremos un museo dedicado al mundo del perfume y las experiencias olfativas e incluso podremos crear nuestro perfume al gusto.
El Paseo de los Tristes.


Lugar emblemático de Granada y, posiblemente, uno de los más mágicos. El Paseo de los Tristes ofrece unas vistas impresionantes de la Alhambra y un ambiente de lo más agradable. Músicos callejeros, mercaditos y terrazas animan nuestro paseo pero también lo convierten en el lugar ideal para sentarse a descansar y pasar el rato admirando la belleza de la ciudad.
Oficialmente llamado el Paseo del Padre Manjón, recibe el sobre nombre de Paseo de los Tristes pues era el lugar por donde los cortejos fúnebres pasaban, camino al cementerio de San José. Suponemos que tampoco ayudó la leyenda de la casa conocida como Hotel Reuma. Se cuenta que en el edificio situado en las faldas de la Alhambra (en la foto) construido inicialmente como «Hotel Bosques de la Alhambra» vagan los espíritus de los que habitaron el hospital que allí hubo al comienzos del siglo XX.
Mirador de San Nicolás.
No podía faltar otro de las cosas imprescindibles que ver y hacer en Granada: asomarse al Mirador de San Nicolás. Un punto de encuentro tanto para turistas como habitantes del barrio de Albaycín. Sus vistas privilegiadas a la Alhambra y su ambiente cálido y acogedor hacen que puedas pasar horas en él, viendo pasar la vida o esperando a un atardecer de película.


En el mirador está también la iglesia de San Nicolás, a cuyo campanario puedes subir por 2 euros que ayudarán a la obra de restauración de la iglesia, afectada por numerosas patologías arquitectónicas. Junto a la iglesia veremos el aljibe de San Nicolás, uno de los muchos que abastecían de agua a la Granada islámica.
El Carmen de los Mártires.
Una visita que no nos puede faltar si queremos desconectar del mundanal ruido son los jardines y el entorno del Carmen de los Mártires. Aunque su historia es anterior, el palacete de estilo clásico se construye en 1845, cuando se crean los jardines de estilo romántico, afrancesado, que podemos disfrutar ahora. En 1891 Huberto Meersmans hace la remodelación definitiva, convirtiendo el estanque en un lago romántico con una isla en el centro. Además construye avenidas al más puro estilo Versalles, plagadas de esculturas y fuentes.
El Carmen de los Mártires forma parte del patrimonio de Granada y se puede visitar libremente, aunque es muy probable que te encuentres con una boda o acto social en sus jardines.
Otro Carmen que merece la pena visitar, aunque mucho más pequeño pero encantador, es el Carmen de la Victoria, en el Albaycín, muy cerca de la Casa del Chapiz.
Abadía del Sacromonte.
Construida en el siglo XVII, la abadía preside el monte Valparaíso, en el lugar donde se encontraron Los libros plúmbeos que relataban el martirio de San Cecilio, primer obispo y hoy Patrón de Granada.
Además de abadía, en su época fue una de las primeras universidades de Europa, donde se estudiaba teología y filosofía.
Consejo extra: perderse para ver y disfrutar bien Granada.


En el post de que no perderse en Granada, el mejor consejo es contradictorio: perderse. Y es que Granada es una ciudad perfecta para pasear y descubrir rincones ocultos. Callejuelas en las que en principio no parece haber nada pueden brindarte un atardecer de película. Posiblemente el Albaycín es el barrio perfecto para perderse, subiendo y bajando por sus calles adoquinadas, asomándote a los impresionantes patios de los carmenes en los que habitan suertudos. Entrar en cualquier tetería es una experiencia única o sentarte en una terraza y disfrutar de una cerveza escuchando el ambiente de la ciudad.
En definitiva, una ciudad para disfrutar.