Budapest es una ciudad única, monumental, reconocida como una de las hermosas de Europa y con miles de rincones y monumentos históricos que descubrir. Nacida de la unión de dos ciudades, Buda y Pest, cada una a un lado del Danubio, la capital de Hungría tiene mucho que ofrecernos. ¿Quieres saber qué ver en Budapest?
La ciudad tiene casi dos millones de habitantes por lo que, en un principio, planear una visita puede resultar abrumador. Sin embargo, pronto veremos que lo que nos interesa está casi todo concentrado en un radio de unos 4 kilómetros en los que podemos movernos libremente caminando o en transporte público.
Algunos datos de interés:
- Se trata de una ciudad verdaderamente cómoda y segura.
- El idioma oficial es el húngaro, aunque podrás entenderte casi con cualquiera en inglés.
- La moneda oficial es el Florín Húngaro (HUF). Puedes sacar sin problema dinero en cualquier cajero con tu tarjeta BNext, sin comisiones ni gastos.
- El clima es caluroso en verano y muy frío en invierno, llegando a haber fuertes nevadas.
- Desde España podrás viajar a Budapest sólo con tu DNI o pasaporte, al tratarse de la Unión Europea no se necesita visado.
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¿Cómo llegar del Aeropuerto de Budapest al centro de la ciudad?
El Aeropuerto Internacional de Budapest-Ferenc Liszt (BUD) está a unos 16 kilómetros del centro de Budapest. Sólo tiene una terminal por lo que es muy sencillo transitar por él.
Lo más sencillo es coger el autobús 100E que va directo desde la terminal al centro, con paradas en Astoria y Deak Fenec ter y cuesta 900 HUF (3€). Lo único que tienes que tener en cuenta es que los billetes sencillos no sirven para este autobús, tiene que ser el Airport Shuttle Ticket. Puedes consultar todos los horarios aquí.
Si no quieres preocuparte por nada puedes contratar tus traslados desde la web de Civitatis y a vivir.
Breve historia de Budapest. Un poco de contexto para nuestro viaje.
La ciudad de Budapest se funda por una serie de tribus celtas en el año 400 antes de Cristo con el nombre de Obuda. Este pueblo fue conquistado por los romanos en el siglo I a.C, que cambiaron su nombre a Aquincum, debido a los muchos manantiales de aguas termales que encontraron en la zona.
Claro, ¿qué le gusta más a los romanos que unas bacanales? Pues unas termas. Por lo que allí se asentaron durante siglos, haciendo de Aquincum la capital de la región de Pannonia.
Buda nace como colonia romana hacia el año 14 a.C. la ciudad sobre la colina, situada a la orilla izquierda del Danubio. Más adelante surgirá Pest, la ciudad en la margen derecha del río. Juntas dan nombre a la capital de Hungría.
Las Ruinas de Aquincum.
¿Sabías que hoy en día puedes pasear por las ruinas de la cuidad romana? Es una de esas cosas no tan típicas que ver en Budapest.
Los restos fueron encontrados a finales del siglo XIX y convertidos en un parque arqueológico durante los años 70.
Se puede visitar un pequeño museo y caminar por los restos de las calles y edificios. Se ve perfectamente como estaba estructurada la ciudad, como eran los templos, incluso una antigua casa de baños romana.
El parque arqueológico se encuentra a 9km del centro de Budapest. Puedes llegar en tren de cercanías HVE o en el autobús 34. La entrada cuesta 1300 HUF.
Budapest en la Edad Media. Nace Hungría.
El año 896 es clave para la ciudad y el país. Por toda Budapest podréis ver lo simbólico de este número (o simplemente 96) en monumentos y esculturas. Y es que es en 896 cuando las siete tribus magiares se unen para derrotar a los romanos, liberando Aquincum (que volvieron a llamar Obuda) y sentando las bases para la creación de un nuevo estado.
En el año 1000 nace Hungría como país, con la coronación de Esteban I, su primer rey. Por toda Budapest podrás ver estatuas en su honor y la basílica de San Esteban que lleva su nombre. Dentro del Parlamento encontrarás su corona y cetro.
Buda se convierte en la capital de Hungría y, durante siglos, se vive en un clima pacífico y de desarrollo. Buda, Obuda y Pest crecen y Hungría está en plena expansión hasta el siglo XV, con su gran emperador Mathias Corvino.
Es en siglo XVI cuando, primero Pest y luego Buda, caen en manos del imperio turco hasta la llegada de los Habsburgo en 1686.
La época de los Habsburgo.
Posiblemente la época de mayor esplendor de Budapest y que más impronta deja en la ciudad. Durante del dominio de los Habsburgo se construyen numerosos palacios, iglesias y edificios públicos, como la universidad de Budapest. Además se construye el famoso Puente de las Cadenas, primer puente sobre el Danubio.
En 1867 se constituye el imperio Austrohúngaro, época dorada para Budapest y Hungría. Bajo su mandato se unen definitivamente Obuda, Buda y Pest pasando a formar lo que ahora conocemos como Budapest. Si bien la capital del Imperio es Viena, Budapest tendrá muchísima relevancia con industria y gobierno propios.
Las grandes guerras y su mella en la ciudad.
Tras la Primera Guerra Mundial el imperio Austrohúngaro desaparece y se constituye el Estado Húngaro. Con la perdida de gran parte de su territorio, Budapest quedó como capital de un estado empequeñecido y casi ridículo en comparación con lo que había sido.
Todavía reponiéndose de la primera contienda, estalla la Segunda Guerra Mundial, que será fatal para la ciudad. La llegada de los nazis y el Partido de la Cruz Flechada hacen que numerosos ciudadanos sean encarcelados y asesinados por sus creencias políticas. Se pasa hambre y las condiciones de muchas zonas de la ciudad son realmente precarias, sobre todo en el ghetto judío. Budapest sufre numerosos bombardeos quedando casi destruída en algunas zonas.

Tras la guerra Hungría queda bajo la dominación soviética formando parte de la ya extinta URRS. En Budapest hubo varios intentos de rebelión, siendo el más importante el de 1956. La revuelta comenzó como una protesta estudiantil en Budapest, aunque se extiende rápidamente por todo el país. Aunque el gobierno cae, la revolución pronto es aplastada por el ejercito soviético. La libertad apenas dura 20 días.
A la caída de la Unión Soviética en 1989, Hungría recupera su libertad. En 2004 pasará a formar parte de la Unión Europea.
Qué ver en Budapest. Imprescindibles de la capital húngara.
Vamos a descubrir algunas cosas imprescindibles qué ver en Budapest. No te puedes perder:
Una forma diferente de conocer Budapest es hacer un FreeTour con un guía experto. Si te gusta ir más allá de lo común te fascinará Tour de los misterios y leyendas de Budapest.
Descubrir Bastión de Pescadores.
Posiblemente unas de las mejores vistas de la ciudad las tendrás desde Bastión de Pescadores. Esta preciosa construcción fue en su día una fortaleza cuyo trabajo era defender las murallas de la ciudad. Tras su remodelación en 1902 ha llegado a nuestros días casi como un castillo de cuento de hadas.

Visitar el Parlamento. La joya que no puedes dejar de ver en Budapest.
Uno de los edificios más representativos de la ciudad bien merece una visita. Te cuento todo lo que necesitas para visitar el Parlamento en este post.

Subir paseando (o en funicular) al Castillo de Buda.
El Castillo de Buda es otro de los emblemas de la ciudad. Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ya no tiene función de residencia real, sino que alberga dos museos, la Galería Nacional y el Museo de Historia.

Al castillo puedes subir dando un cómodo paseo y recreándote en las vistas o en el Sikló, un funicular de 1870, el segundo construido en Europa. El trayecto comienza al final del Puente de las Cadenas en la plaza que además marca el kilómetro cero de las carreteras húngaras. La Puerta del Sol de Budapest 😀
Tomar un cerveza, o lo que gustes, en un Ruin Bar.
Los Ruin Bar son un gran atractivo y un reclamo de la ciudad, una de esas cosas que hacer en Budapest sin duda. Se trata de bares que se encuentran en el barrio judío de la ciudad, construidos en edificios casi abandonados y, en su momento, ruinosos.

Desde el primero de todos, el famoso Szimpla Kert, hasta los nuevos y más modernos como Mazel Tov, todos ofrecen bebida, oferta gastronómica y una estética que va entre lo irreverente y el síndrome de Diógenes. No te los pierdas de noche pero visita también alguno de día, merece la pena apreciar los detalles.
Probar el gulash y otros platos típicos como el langosh.
Si algo que me gusta de viajar es probar la gastronomía de los diferentes países que visito. En Budapest no podía quedarme sin probar sus platos más típicos. Me encantó el gulash, uno de los estofados de carne más tradicionales del país, a base de cebollas, pimiento y manteca.

Algo de lo que no había oído hablar antes de llegar a Budapest era el langosh, una especie de masa de frita a la que luego añaden ingredientes por encima, generalmente nata agria, queso o jamón. Digamos que es la pizza de Hungría, la sirven en bares y para llevar por la calle y comer a bocados. En algunos locales más alternativos experimentan con la masa frita para hacer otros platos como hamburguesas o bocadillos.
Tenéis un post completo de recomendaciones culinarias y restaurantes de Budapest aquí.
Ver la Iglesia de Matías.
La Iglesia de Matías es una de las más espectaculares de la ciudad, tanto por lo preciosa que es como por su enclave. Situada junto a Bastión de Pescadores no puede tener mejores vistas. Además, su tejado de colores la hace inconfundible y única.

Su construcción empezó en el siglo XIII pero lo que podemos ver ahora es una gran reforma hecha en el siglo XIX, por lo que su estilo es neogótico al igual que el Parlamento. Si entráis (entrad) apreciad sus vidrieras y frescos pero también el precioso órgano.
Darte un baño en uno de sus muchos balnearios.
Budapest es una ciudad termal, plagada de balnearios y casas de agua en los que relajarse y olvidarse del exterior por un rato. Muchos de estos baños llevan siglos en activo y son una de las cosas que ver en Budapest sin duda (y que disfrutar).
Por ejemplo, el Balneario Széchenyi es uno de los más grandes de Europa, inaugurado a principios del siglo XX. El precioso edificio, también neogótico y sobre todo, su piscina exterior harán que no olvides tu estancia en él nunca.
Puedes comprar la entrada de el Balneario Széchenyi in situ o evitar colas y complicaciones comprándola aquí por adelantado.
Pasear por el parque de la ciudad.
Muy cerca de la Plaza de los Héroes se encuentra el parque de la ciudad, uno de los pulmones de Budapest y donde los ciudadanos van a pasear o hacer deporte.

En el mismo parque encontraremos el Balneario Széchenyi y el Castillo Vajdahunyad. Este castillo fue construido para la Expo de 1896, originalmente en madera, pero tuvo tanto éxito que se decidieron a hacerlo en piedra y conservarlo.
En el parque además hay un lago en el que, al menos durante el invierno, se puede patinar sobre hielo.
Subir a la cúpula de la basílica de San Esteban.
Visitar la Basílica de San Esteban es casi gratis, apenas 200 HUF a modo de donativo por entrar a saludar a la mano incorrupta del fundador de Hungría. Bueno, y a apreciar la propia Basílica, que es hermosa y uno de los edificios religiosos más grandes de Hungría.

Por 600 florines más se puede subir a una de las torres, pasando por la estructura interior de la cúpula de 96 metros (¿veis como la simbología del 96 es importante?).
Comprar recuerdos o una bolsita de paprika en el Mercado central.
Las ciudades las definen mucho sus mercados. Un mercado de abastos lleno de vida y tradición, como la propia Budapest es digno de una visita de buena mañana.

El edificio, de finales del siglo XIX, tiene dos plantas. La inferior está plagada de puestos de comida, verdura, carnes… en la superior encontraréis todo tipo de souvernirs y recuerdos de Budapest y algún que otro restaurante.
¿Sabías que el Mercado Central se declaró en ruina en 1991 y fue cerrado? Para nuestra suerte fue restaurado para convertirse en el mercado cubierto más grande de la ciudad.
Caminar por Vaci Utca y descubrir sus escaparates más locos.
Vaci Utca es la calle comercial más famosa de Budapest y una de las calles peatonales más largas. A lo largo de ella encontrarás tiendas de todo tipo, desde grandes cadenas a tiendecitas de lo más curiosas como una dedicada exclusivamente a la Navidad.
Adentrarte en el barrio judío y visitar la Gran Sinagoga.
El barrio judío fue durante la ocupación alemana un ghetto en el que ni los propios nazis se atrevían a entrar. Desde allí muchos judíos eran enviados a campos de concentración y otros muchos murieron de hambre y frío.

La Sinagoga de Budapest es lasegunda más grande del mundo, después de la Gran Sinagoga de Jerusalén.
Os cuento más sobre la visita en este post.
Subir a la colina Gellert, el punto más alto de la ciudad.
Empezaremos a subir desde el puente Erszebet, donde lo primero que veremos será la estatua en honor a San Gerardo. El Santo levanta triunfante una cruz cristiana frente a un pagano.

Desde todos los miradores y caminos del monte Gellert tendremos unas vistas preciosas del Danubio. La subida no es nada dura, pero puedes sentarte en cualquier banco a contemplar el paisaje solo por placer.

Cuando llegues a la cima te encontrarás a los pies de la Estatua de la Libertad y a su vez tendrás toda Budapest a tus pies. Muy cerca de la estatua está la Ciudadela, construida en 1850 por los austriacos para controlar la ciudad y a sus habitantes.
Hacer una excursión a Memento Park. Una de las cosas más curiosas qué ver en Budapest.
Memento Park es un lugar curioso donde los haya, un parque del recuerdo a la época de la ocupación comunista tras la Segunda Guerra Mundial. Allí se han trasladado las estatuas que plagaban la ciudad durante aquella época. Al contrario de otros países en los que se destruyeron por completo, en Hungría decidieron crear un espacio para la memoria.
Cruzar a pie el Puente de las Cadenas.
Una y otra vez. El Puente de las Cadenas es el más famoso de los que unen Buda y Pest y el más antiguo. Construido alrededor de 1840, cuando el Conde Széchenyi encontró que no podía cruzar de una orilla a otra debido a las enormes placas de hielo que cubrían el río. Hasta entonces se habían usado transbordadores y barcazas pero aquel frío invierno constató la necesidad de tener un puente.

Inspirado en el puente de Hammersmith (Londres), pronto se convirtió en un emblema de la ciudad. Durante la Segunda Guerra Mundial las tropas alemanas lo derribaron para impedir el asedio soviético.
Algunas de estas fotografías se pueden ver en Terror Haza (Museo de Terror). Fue reconstruido por completo en 1949.
Otra excursión chula que podéis hacer es un paseo en barco al anochecer por el Danubio. Verás el puente y la ciudad iluminarse mientras navegas por el precioso río. Una experiencia única.
Pasear por la Avenida Andrassi.
Junto con Vaci utca es una de las más importantes de la ciudad, declara Patrimonio Universal por la UNESCO en 2002. Esta calle se empezó a construir a finales del siglo XIX para unir la Plaza de los Héroes con la plaza Erzsébet ter. Alberga algunas de las tiendas de lujo más caras del mundo y, aunque no podamos comprar nada, merece la pena darse un paseo admirando las preciosas fachadas y palacios.
Visitar la Ópera Nacional.
En la misma Avenida Andrassy, como no podía ser de otra manera, está la Ópera Nacional de Hungría uno de los edificios neo-renacentistas más bonitos del país. Construida en 1884 y fue financiada por Francisco José I, emperador de Austria, a condición de que no fuera más grande que la Ópera de Viena.
OJO: a fecha de octubre de 2018 la ópera y su gran salón central se encuentran de reformas. El edificio está cubierto con andamios por fuera y el gran salón cerrado al público. Para resarcir a los visitantes, el tour guiado ofrece un precioso recital con un coro.
Merendar en uno de los cafés más lujosos del mundo.
Hacer una parada técnica a media mañana o media tarde es imprescindible para el turista caminante medio y, si puedes hacerlo en uno de los cafés más bonitos, la experiencia mejora.

Café New York es, posiblemente, una de las cafeterías más bonitas del mundo mundial. Situada en el Hotel Boscolo, con la decoración propia de un palacio, será el café más caro que te tomes en la ciudad, unos seis euros, tampoco es para matarse. Date un capricho, sintiéndote toda una Sisi Emperatriz rodeada de dorado y lámparas de araña.

El café Gerbeaud es otra de las pastelerías tradicionales más famosas y elegantes que ver en Budapest. Visita obligada a sus enormes salones de techos altos con mesas de mármol. Más sobrio que New York pero de pasteles igualmente apetitosos.
Sobrecogerte en el Monumento de los Zapatos.

Junto al Parlamento de Budapest, a orillas del Danubio, se encuentra este pequeño monumento en honor a los judíos asesinados durante la Segunda Mundial.
Dicen que los nazis obligaban a los judíos que iban a ejecutar a quitarse los zapatos y dejar sus pertenencias junto al río antes de matarlos y dejar que sus cadáveres fueran arrastrados por el Danubio. Sin duda una parte de la historia que Budapest no quiere ni puede olvidar.
Adentrarte en el Hospital en la Roca o visitar el Museo del Terror.
Situado en la colina de Buda, cerca de la iglesia de Matías, este hospital de la Segunda Mundial fue construido dentro de un búnker y se ha conservado tal cual, incluso con su maquinaria original. Una de las cosas más originales que ver en Budapest, sin duda.
Si quieres saber más de la visita te lo cuento en este post.
El Museo del Terror está en plena Avenida Andrassi, muy cerca de la Ópera. Se trata de un museo duro, en el que se recogen los horrores cometidos por los regímenes fascista (Partido de la Cruz Flechada) y comunista en la ciudad. El edifico que ahora ocupa el museo sirvió para encarcelar, interrogar, torturar o ejecutar y ahora rinde homenaje a todas las víctimas.
Sube a la Torre de Buda.

Desde 2017 es una de las nuevas atracciones de Budapest y otro mirador más. La torre de Buda es la antigua iglesia de Santa María Magdalena, el único edificio gótico que queda en pie en la ciudad desde el que tendrás una visita 360 de la ciudad.
Os cuento más en este post.
Mapa de lo imprescindible de Budapest.
Incluye restaurantes, monumentos, museos y baños:
Y ¿tu? ¿Has estado en Budapest? ¿Qué otras cosas recomiendas de la capital húngara?
¿Ganas de más? En este post te descubro cinco cosas chulas que hacer en Budapest gratis.
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