Un paseo por el Madrid de los Austrias

Quizás una de las rutas más pintorescas de Madrid sea la del Madrid de los Austrias. Un paseo por los edificios renacentistas y barrocos de la época en la que la dinastía de los Habsburgo reinó en España. Fue Carlos I quien empezó a enriquecer la ciudad con palacios y monumentos. Además, cuando Felipe II la convirtió en capital de España la ciudad creció notablemente. Hay que tener en cuenta que esta zona no está delimitada por un barrio en concreto, sino que pasearemos por varios, desde la zona de Sol, Arenal, La Latina, hasta plaza de Oriente.

Plaza Mayor Madrid, Madrid de los Austrias

De Sol a la Plaza Mayor, el corazón del Madrid de los Austrias

Nosotras empezamos nuestro recorrido en Sol, la puerta del Sol, la que en la noche de las campanadas parece tan grande pero luego no es tanto. El centro del país, el kilómetro cero. Desde allí ponemos rumbo a la Plaza Mayor, el corazón del Madrid de los Austrias. Construida en el siglo XVI, en ella confluían los caminos que llegaban a la ciudad, cuando aun se llamaba Plaza del Arrabal y era el mercado principal. Se trata de una plaza porticada de planta rectangular, con diez entradas desde distintas calles, siendo la más famosa la del Arco de Cuchilleros, pues salva la diferencia de altura entre la plaza y la Cava de San Miguel. En medio de la plaza destaca, como no, la estatua de Felipe III, obra de Giambologna, regalo del entonces duque de Florencia al rey.

Mercado San Miguel, un paseo por el Madrid de los Austrias
Arquitectura del hierro, típica de los primeros años del siglo XX

Resistimos la tentación de tomar un relaxin cap of café con leche y seguimos nuestro camino hacia la plaza de San Miguel. El mercado del mismo nombre conserva su estructura de hierro tan típica de principios del siglo XX, aunque por dentro ha sido completamente remodelado. Una apuesta fuerte: resucitar el mercado tradicional uniéndolo a una oferta gastronómica variada y original. Un paseo entre sus puestos te hace la boca agua y no podemos resistirnos a un vermut de grifo con unos encurtidos. ¡Energía para continuar la ruta!

Plaza de la Villa
Casa de la Villa y Casa torre, el niño no es nuestro

La Plaza de la Villa.

Pronto nos encontramos en la Plaza de la Villa, seguramente el centro de un Madrid medieval del que nos queda un edificio de gran valor histórico-artístico, la casa Torre de los Lujanes (siglo XV) de estilo gótico-mudéjar. Se dice, se comenta, se rumorea, que en la torre estuvo alojado Francisco I de Francia tras ser apresado en la batalla de Pavia. Frente a ella están la Casa de la Villa y la Casa Cisneros, unidas por un elegante arco-pasadizo. La casa de la Villa tuvo el honor de ser el Antiguo Ayuntamiento de la villa de Madrid, desde 1690 hasta 2007.

Arco casa de la villa, Madrid de los Austrias
Detalles bellos

Bajando por la calle del Cordón, buscamos la Basílica Pontificia de San Miguel, una pequeña iglesia barroca cuya fachada curva llama la atención. A pesar de su pequeño tamaño es una de las obras más importantes del barroco español, precisamente por su característica fachada y su original planta, encajada entre las calles que la rodean. Junto a ella está el palacio del Arzobispado, también barroco, aunque de líneas mucho más sencillas. Prácticamente todo su ornamento se centra en la puerta que da al pasadizo del Panecillo, desde donde el arzobispo daba limosna a los niños del barrio en forma de panecillos dulces.

Hacemos una parada técnica para comer en el Mercado de la Cebada. El mercado es un estilo al de San Miguel pero más de barrio. Puedes hacer la compra y comer algo, pero los precios no son, ni de lejos, parecidos.

Plazas de Santa Cruz y Puerta Cerrada.

Al salir cogemos la calle Toledo, de nuevo hacia la Plaza Mayor para encontrarnos con la Real Colegiata de San Isidro (siglo XVII). Fue catedral provisional de Madrid durante la construcción de la Almudena.

Muy cerca está la Plaza de la Puerta Cerrada. Durante la edad media, la muralla cristiana se abría en ese punto para entrar a la ciudad, pero a causa de los saqueos y pillajes que se sufrían se quedó en puerta cerrada.  El crucero que ocupa su centro es de los pocos que todavía pueden verse en Madrid. Pero sin duda lo que más destacan son las fachadas de los edificios que las rodean, pintadas con grandes murales y trampantojos. Un recurso urbanístico bastante audaz, dado que las demoliciones de viviendas en ese área dejaron a la vista patios de luces nada atractivos.

Palacio Santa Cruz
Antigua cárcel, hoy ministerio. La historia siempre nos quiere decir algo.

Buscamos la Plaza de Santa Cruz, que en la época del Madrid de los Austrias, sirvió como mercado de vidrio para toda la ciudad. Lo que ahora es el ministerio de Asuntos Exteriores fue en su momento una cárcel, hasta que Felipe V lo convirtió en palacio.

El Monasterio de las Descalzas.

Volvemos a cruzar la Plaza Mayor rumbo al Monasterio de las Descalzas, donde tenemos hora de visita a las 16:00 horas. Si queréis visitarlo debéis tener en cuenta que el aforo es limitado a unas 60 personas por visita. Podéis comprar las entradas y consultar horarios en su página web.

Fundado por Doña Juana de Austria, este convento puede considerarse el equivalente femenino de El Escorial. El edificio es un palacio de estilo plateresco, con columnas de mármol de Génova en los patios y salones decorados con azulejos y yeserías en la tradición morisca, pero con formas ya del Renacimiento.

almudena y palacio real
La Almudena y el Palacio Real

Fuera del Madrid de los Austrias, La Almudena y su cripta.

Hace tiempo que tenemos pendiente una visita en la capital y es la cripta de la catedral de la Almudena. Así que acabamos nuestro día viendo dos cosas que no pertenecen del todo al Madrid de los Austrias: la mentada cripta y la antigua muralla árabe de Madrid. Esta se encuentra justo al lado, reconvertida en un tranquilo parque.

Restos de la muralla árabe
Uno de los pocos restos del pasado árabe de Madrid.

La cripta de la Almudena esta justo debajo de la catedral. Se puede visitar pero tened en cuenta que también es un lugar de culto. La cripta se construyó a finales de 1883 y estuvo años esperando a que llegará su hermana mayor, la catedral, por lo que siempre ha tenido carácter de parroquia. Su estilo es neorrománico, de planta de cruz latina. Lo que más llama la atención son la cantidad de columnas que conforman sus plantas laterales.

cripta de la almudena
Entrada Neorrománica diseñada por el Marques de Cubas

Son más de 50 solo en la nave central, llegando a contarse más de 300 si incluimos las meramente decorativas. Pasear por la cripta de la Almudena es caminar literalmente sobre tumbas. El suelo está cubierto de losas de mármol que hacen de lápidas grabadas con los nombres de los que allí descansan. Personajes más importantes o adinerados cuentan con sepulcros más elaborados en las capillas laterales.

Entrada a al cripta.

Mucha gente que vimos haciendo cola para visitar la catedral. Probablemente ni se imagina que debajo esta este pequeño remanso de paz. La Cripta de la Almudena ofrece una visita tranquila, sin agobios ni colas. Abre cada día de 10 a 20 horas. La entrada es lo que cuesta un donativo de 1€ o 2€ a voluntad del visitante.

Y así acabamos esta ruta, que en apenas cinco horas, te permite conocer el Madrid de los Austrias (y algo más). Una parte de la historia de esta ciudad que la cambió casi por completo.

¿Estás unos días por Madrid y necesitas respirar un poco de aire fresco? Las Barrancas del Burujón, muy cerquita de Toledo, son un espacio natural que te dejará con la boca abierta. Ideal para una excursión de un día desde la capital.

1 comentario en “Un paseo por el Madrid de los Austrias”

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