Durante tus días de navegación por el Nilo el crucero hará numerosas paradas para que puedas seguir disfrutando de las maravillas de Egipto. No importa si vas navegando hacía Aswan o hacia El Cairo, los templos de Kom-Ombo y Edfu son dos imprescindibles que descubrir en tu ruta.
A diferencia de los templos de Luxor, Edfu y Kom-Ombo dejan atrás el Antiguo Egipcio para trasladarnos al periodo helenístico. Este periodo abarca desde el año 323 a. C (año de la muerte de Alejandro Magno) hasta el año 30 a.C. (muerte de y la de Cleopatra y Marco Antonio). La influencia griega en Egipto se nota en el arte, la forma de construir, la administración y la economía.
En cuanto a la religión, los griegos no tuvieron problema en convivir con los dioses egipcios, no quisieron imponer a los suyos viendo que la influencia de la religión era una forma más de control y poder. Incluso llegaron a adorar ellos mismos a deidades egipcias, como Isis, cuyo culto traspasó fronteras más allá del país. Sí que intentaron, no obstante, reducir el poder del clero en la vida política y para ello edificaron nuevos templos al estilo egipcio pero con un toque helenístico. Dos de ellos son los templos Kom-Ombo y Edfu, pero hay otros muchos como Dendera o Philae.
Templo de Edfu.
En la ciudad del mismo nombre, junto a la orilla del Nilo, se alza majestuoso el templo de Edfu. El segundo templo más grande de Egipto después de Karnak y uno de los mejor conservados, a pesar de haber sufrido ataques a muchísimos de sus relieves al prohibirse el culto no cristiano en el año 391. Y es que el Templo de Edfu quedó sepultado bajo la arena del desierto durante siglos. Sobre se construyó una ciudad, que lo mantuvo oculto y protegido hasta 1860, cuando fue descubierto. Entonces comenzó una ardua tarea para desenterrarlo, años de trabajos que nos permiten verlo ahora en todo su esplendor.

La estructura del templo de Edfu es muy similar a la de los templos clásicos del Antiguo Egipto, como los de Karnak y Luxor. Pilonos de entrada (en la imagen), patio o sala híptera, sala hipóstila de la que además se conserva el techo, cámara de ofrendas y sancta sanctorum. Lo maravilloso de Edfu, además de su conservación, son sus relieves. A pesar de que muchos fueron picados y destruidos por los cristianos, todavía nos enseñan muchísimo sobre cómo era la vida en Egipto y nos aportan detalles sobre su construcción y la religión de la época.

El templo de Edfu está dedicado a Horus, el dios halcón, por lo que vemos esculturas y relieves por todas partes. En el patio de acceso a la sala hipóstila nos saludarán dos grandes Horus el Halcón. La sala hipóstila conserva su techo aunque en muchas zonas está ennegrecido debido al fuego (las malas lenguas dirán que los cristianos intentaron quemar los relieves del techo, pero no se ha podido confirmar…).

En Edfu podrás ver perfectamente como se organizaban las salas en torno al sancta sanctorum, donde solo entraban los sacerdotes, el lugar más sagrado que guardaba la imagen divina. Incluso se conserva el altar y la sala de la barca (la barca es una reproducción). Esta barca se usaba como transporte fluvial durante los funerales.
Los relieves del templo de Horus.
En sus relieves se cuenta la historia del nacimiento de Horus. Según la mitología egipcia Osiris y Seth, descendientes directos de las primeras deidades de Egipto Geb (la tierra) y Nut (el firmamento) son hermanos y archienemigos. Tras numerosos enfrentamientos Seth consigue asesinar a su hermano y, para que no vuelva a la vida, lo corta en 14 partes que esconde por todo Egipto. Isis, esposa y hermana de Osiris, logra encontrar todos los pedazos y unirlos, para resucitar a su amado. Gracias a esto nace Horus el halcón.

El templo de Horus en Edfu está unido al templo de Hathor en Dendera. Hathor, su esposa y diosa de la maternidad, representada por una vaca, es una de las diosas principales del panteón egipcio. Podemos verla representada no solo como el animal, también como mujer con orejas de vaca (sobre todo en los capiteles de las columnas). Una vez al año, Hathor viajaba desde su templo hasta Edfu, para reunirse con su consorte y se organizaba una gran fiesta en el templo. La Fiesta del Hermoso Encuentro. En muchos de los relieves están representadas las ofrendas que se hacían durante esos días.

Otros grabados interesantes que podrás encontrar están en la sala de los perfumes. En ellos están representadas las formulas y combinaciones necesarias para crear ungüentos para la purificación del espíritu.
Tras tu visita al templo de Edfu lo normal es seguir navegando hasta Kom-Ombo. Si tienes suerte llegarás antes del atardecer y podrás vivir una puesta de sol de infarto en uno de los templos más especiales de Egipto.
Templo de Kom-Ombo.
Kom-Ombo es un templo muy especial, no solo por lo bonito que es, sino porque es el único que está dedicado a dos dioses. Construido también en periodo helenístico, durante la dinastía Ptolemaica, lo comparten Horus y Sobek. ¿Por qué? te estarás preguntando. Pues, parece ser que durante esta época Sobek no era un dios muy bien visto, así que le tocó compartir espacio con el chico popular. Dos templos simétricos en uno, diferenciando hasta dos sancta santorum con dos altares distintos.

Sobek, el dios cocodrilo es, en realidad, un dios benefactor asociado a la vida, la fertilidad y la vegetación, por aquello de la conexión Nilo-Cocodrilo. Para su desgracia Seth, al asesinar a Osiris, se escondió en un cocodrilo y dicen que de esas aguas del caos surgió Sobek. El pobre, estigmatizado para siempre.

Además de la curiosidad de tratarse de un templo doble, Kom Ombo es peculiar también por otros motivos. En una de las pareces laterales encontraremos un relieve calendario y en otra al dios Imhotep (arquitecto de la primera pirámide y divinizado por ello) con el instrumental médico de la época.

Destacar también que, en las inmediaciones de Kom Ombo se encontraron más de 300 momias cocodrilo, que ahora se exponen en un pequeño museo.

Antes de marchar, párate un momento junto al templo. Encontrarás una curiosa construcción que parece un pozo grandote. Es un nilómetro y se usaba, evidentemente, para medir las el nivel de las aguas del Nilo. Esto determinada como iban a ser las cosechas anuales y, por tanto, los impuestos y la situación económica del país.

Y con esto acabaría el día de visitas a los templos de Kom-Ombo y Edfu. Si sigues navegando hacia el sur, tu barco navegará durante la noche para llegar a Aswan y visitar uno de los lugares más mágicos de todo Egipto: Abu Simbel. Si continuas hacía el norte pronto llegarás a Luxor, donde te esperan algunas aun más maravillas.