Roma, la ciudad eterna. Pasear por sus calles es pasear por un auténtico museo al aire libre, por la historia de la humanidad y del arte. Esto te abre un mundo de posibilidades, a pesar de ser una ciudad cara, hay muchísimas alternativas gratuitas. Puedes descubrir un sin fin de monumentos sin gastarte un duro. Vamos a ver que podemos hacer en Roma gratis:
Las plazas y fontanas.
Posiblemente los iconos de Roma, además del Coliseo, sean sus fontanas y plazas. La Fontana di Trevi, Piazza del Popolo, de la Rotonda o Piazza Farnese son buenos ejemplos de las plazas barrocas que pueblan Roma. Construidas la mayoría entre los siglos XVII y XVIII artistas como Borromini, Bernini o Bramante.
En muchas de ellas verás además la combinación Piazza+fontana+obelisco, el combo de la época. Los obeliscos egipcios habían estado ya de moda durante la época romana y se recuperaron trasladándolos de las ruinas hasta las plazas. Si os fijáis todos están coronados con una cruz, símbolo de la iglesia, que para eso estaban pagando la decoración. Hay 13 en total en Roma, ¿seremos capaces de encontrarlos todos? Es un buen juego que hacer en Roma gratis 😉
Piazza Navona
En Piazza Navona, una de las más famosas de Roma tendrás mucho que hacer gratis. Lo primero, admirar la fuente de los Cuatros ríos de Bernini, un universo de figuras coronadas por un obelisco de más de 17 metros de altura. Podréis apreciar que el obelisco esta realmente sujeto en el vacío, pues la fontana se sujeta en cuatro pilares pero está hueca en el centro. Es una pasada.
A ambos lados de la plaza, la escoltan las fuentes de Neptuno y el Moro, diseñadas por della Porta. Frente a ella, la iglesia de Santa Inés en Agonía de Borromini. Cuenta la leyenda que, dado que Bernini y Borromini se odiaban, las figuras de la Fontana de los Cuatro Ríos miran hacia Santa Inés con verdadero disgusto. La historia es guay y las figuras miran con disgusto, pero no es cierto que sea por la rivalidad de los dos genios. La fontana llegó primero.

Además en Piazza Navona podréis relajaros en cualquiera de sus cafés o disfrutar del ambiente bohemio de los artistas que allí se reúnen a exponer y vender sus obras.
Si salís de la plaza por el lado de la fuente de Neptuno, a la vuelta podréis asomaros a los restos del Stadio di Domiziano. Es un área arqueológica bajo Piazza Navona de lo que abría sido uno de los estadios deportivos más grandes de la antigua Roma. En realidad desde fuera se puede ver muy poquito, la entrada son seis euros, pero gratis si puedes ver la explicación de como en el barroco llenaban de agua la plaza para convertirla en su propia piscina pública. Que genios.
Plaza España.

Posiblemente una de las imágenes más iconicas de Roma, la escalera de Piazza Spagna llena de gente al atardecer conversando, viendo la vida pasar. Es el plan perfecto, si puedes además agenciarte una cervecita ya, lo más. En el centro de la plaza podrás ver la Fontana della Barcaccia, de Pietro Bernini, el padre de nuestro Gian Lorenzo. En la cima de la escalinata está la iglesia de Trinità dei Monti con su propio obelisco delante.
Piazza del Popolo.
O la plaza del pueblo. En otras épocas punto de encuentro del pueblo, escenario de conciertos, ferias, mercados y centro de la vida política. Piazza del Popolo no tiene fontana pero si obelisco, el Flaminio. Este fue construido durante la época de Ramses II, trasladado hasta Roma por Augusto, encontró su primera ubicación en el Circo Máximo (lugar que también podéis visitar muy gratis). Se pierde su pista hasta que es encontrado en el siglo XVI y colocado frente a Santa María del Popolo. En esta iglesia podéis ver unos lienzos de Caravaggio por cero euros, merece la pena.
Piazza Venezia.
El monumento a Vittorio Emanuele II es de las cosas más majestuosas que podrás ver desde casi cualquier punto de Roma. Parece que todos los caminos llevan a Piazza Venezia. Sus 135 metros de anchura y 70 metros de altura, adornados con columnas, estatuas y bien de mármol blanco, hacen que no pase desapercibido. Frente a él, más discreto pero hermoso, el palazzo Venezia desde donde Mussolini daba sus discursos eternos.

Al ladito de plaza Venecia tienes los Foros Trajanos y justo detrás el famoso Foro Romano. Desde la calle puedes asomarte y disfrutar de las vistas de ambos foros, aunque recomiendo, si tienes tiempo, entrar a visitarlos. Merece la pena. La columna trajana, eso sí, se ve mejor desde fuera que desde dentro. Cierta distancia hace que puedas apreciar mejor su bajorrelieve en espiral. En él se narran las figuras del emperador Trajano frente a los Dacios. Todo una novela gráfica de sus gestas del año 100 ac.
Santa María de Trastevere.
Amor. La luz de esta plaza es muy especial, seguramente por los reflejos de su iglesia homónima. De día plaza tranquila, de noche bulliciosa y festiva, punto de encuentro de romanos y turistas para tomar algo, charlar al atardecer o prepararse para darlo todo en la vida nocturna del barrio.

Dicen, que la fontana central es obra de Bramante, pero a falta de confirmación oficial solo puedo aseguraros que no tiene obelisco.
Plaza Barberini

No es la plaza más espectacular de Roma pero su fontana del Tritón bien merece una visita. Esta obra de Bernini es una de las más preciosas de todas, aunque pasa un poco desapercibida. Cuatro delfines sostienen dos conchas de las que emerge el dios Tritón, como en el pasaje de la Metamorfosis de Ovidio.
La Fontana de Trevi
¿Creías que me iba a olvidar? Pues no 😉

La fontana de Trevi es una de las fuentes barrocas más impresionantes del mundo. Encajada en un cruce de cuatro calles estrechas, sorprende al visitante con sus dimensiones y su magnifica presencia.
Ya sabes que debes echar una moneda al agua para asegurar tu vuelta a Roma. Te tocará pelear por un hueco con cientos de turistas haciendo lo mismo que tú, pero es ley de vida.

Las Iglesias.
Visitar iglesias es una de esas cosas que hacer en Roma gratis. Podrás disfrutar de su arquitectura y las obras de arte que albergan sin pagar un solo euro. Solo recuerda que son lugares de culto y deberás ser respetuoso.
En Roma hay cuatro basílicas mayores: San Pedro del Vaticano, Santa María Maggiore, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros. Posiblemente sean las más conocidas y grandiosas iglesias de Roma y del mundo. Después están las basílicas menores como San Clemente, Santa María in Trastevere, Santa María in Cosmedin y Santa María de la Concepción.
Teniendo en cuenta que hay más de 900 edificios religiosos en Roma, sería imposible comentar todos este post. Voy a centrarme en algunos que considero más especiales y de los que mucha gente pasa de largo, por si os pueden servir de inspiración.
Disclaimer por no repetirme: En este post ya vimos algunas de las iglesias que tienen obras de Caravaggio para gusto y disfrute de sus visitantes. En este, algunas de las esculturas más famosas de Bernini que podéis admirar en suelo santo.
San Pietro in Vincoli
Esta iglesia fue construida para albergar las cadenas con las que San Pedro fue encarcelado en Jerusalem y allí se exponen en un relicario. Tiene una decoración bastante austera en comparación con otras iglesias de Roma pero visitarla está totalmente justificado. Casi diría que obligado. En San Pietro in Vincoli podrás admirar El Moises de Miguel Ángel.

El artista representa el momento en que Moisés desciende del monte Sinaí con la tabla de los diez mandamientos y se encuentra con los israelitas adorando a un becerro de oro. ¡A un falso dios! Se puede ver en la cara de la estatua la tremenda ira contenida del momento y la tensión en todos los músculos de su cuerpo.
Dicen, que Miguel Ángel estaba orgulloso de su Moises y lo consideraba una de sus mejores obras. De hecho, cuentan que al acabarlo le dio un golpe en la rodilla «¿por qué no me hablas?» le dijo, pues era lo único que le faltaba.
San Carlo alle Quattro Fontane
Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane es una de las obras cumbre del barroco, realizada por Borromini. Encajada, literalmente, en un cruce de cuatro calles adornadas con cuatro fuentes. San Carlo es de pequeñas dimensiones pero tremendo espíritu. Su fachada, llena de formas cóncavas y convexas, entrantes y salientes, no se puede apreciar del todo sin que te atropelle un coche. No os juguéis la vida, pero cruzad las veces que haga falta para ver todos los detalles. Es una pasada.

Dentro os sorprenderá su planta en forma de óvalo, pero os dejará sin habla su cúpula. Es única en su especie. Las líneas curvas definen todo el espacio y las geometrías son su decoración. Los casetones crean un ritmo y al ser bañados por la increíble luz del espacio, parecen más imponentes que cualquier decoración rimbombante.
Santa María de los Ángeles
Es la única iglesia renacentista de Roma y fue diseñada por Miguel Ángel. Por fuera os parece una ruina y es que lo es. Para la fachada se aprovechó una parte del edificio de las Termas de Diocleciano, de época romana. Puede que por este contraste el interior resulte tan sorprendente. Dentro, Santa María de los Ángeles es un espacio inmenso en el que destacan sus enormes columnas de mármol de colores. Su decoración se basa en numerosos frescos en las paredes, enmarcados por mármoles y estucos.

Una cosa curiosa de Santa María son sus meridianas. Una solar, trazada por Francesco Bianchini en 1703, que indicaba el mediodía y la llegada de los solsticios y los equinoccios con la luz del sol que se filtra por sus vidrieras. El Papa Clemente XI le había encargado una meridiana tan precisa que pudiera determinar con exactitud el día de Pascua. También hace de calendario.
La otra meridiana es la única del mundo que mide el movimiento de la Estrella Polar. Esta meridiana boreal proyecta sobre el suelo de Santa María el movimiento de la Estrella Polar al rededor del Polo Norte. ¿Cómo os quedáis?
San Ignacio
La iglesia de San Ignacio es una iglesia barroca en pleno centro de Roma que suele pasar bastante desapercibida. Su exterior no dice mucho pero el interior es una explosión de barroquismo y trampantojos digna de admirar. Digamos que sus techos son el 3D del siglo XVII. Todas las bóvedas del techo son una escena celestial, representada desde nuestra terrenal perspectiva. Es como si estuviéramos espiando al cielo. Puedes pasarte horas mirando esas figuras voladores, descubriendo nuevos relieves, intentando adivinar que es pintado y que no.

Pero lo mejor es la falsa cúpula. Cuando una la mira desde abajo puede pensar, ¿por qué esa cúpula está tan oscura? Apenas le entra un rayo de luz por el tragaluz… ¿qué le pasa? Pero si la miras desde el ángulo adecuado. ¡Ah! ¡el engaño! La cúpula no es sino una ilusión óptica, está pintada sobre un techo plano. Impresionante ¿verdad?
El Panteón
Por supuesto. También gratis puedes visitar uno de los edificios más emblemáticos de la antigua Roma, el Panteón de Agripa. En temporada alta puede que haya un pequeño control de acceso y tengas que esperar unos minutos pero, normalmente, es llegar y besar el santo. Tenéis todo lo que necesitáis saber sobre él aquí.
Via Veneto y La Rinascente.
Ya se que es un post de cosas gratis, ¿qué sentido tiene meter tiendas? Bueno, por verlas 😉
La cosa es que el estilo italiano es, cuanto menos, llamativo. ¿No tienes curiosidad por saber de donde sacan tan molonas vestimentas?
Vía Veneto es una de las calles más estilosas de la ciudad. Paseando por ella puedes sentirte como en La Dolce Vita de Fellini. Tiendas exclusivas, cafés elegantes, hotelazos… esta lujosa calle comercial llamará tu atención seguro.

Lo mismo pasa con La Rinascente, un inmenso centro comercial cuyos pisos están llenos de marcas, cosmética, zapatos, bolsos, ropa, papelería y artículos del hogar. Cualquier cosa que puedas imaginar pero con estilo. Date un paseo pero, sobre todo, sube a la azotea. Las vistas desde el bar en la terraza superior son alucinantes. No tienes que tomar nada si no quieres, están más que acostumbrados a los curiosos.
Los jardines de las villas.
Uno de los jardines más maravillosos del mundo es el de Villa Borghese, del que ya os hablé en este post. Pero en Roma tenéis otros muchos lugares en los que pasear y relajaros, que son auténticos pulmones verdes de la ciudad.

El parque público más grande de Roma son los jardines de Villa Pamphili, con su estilo de jardín renacentista. Hay varios estilos a lo largo de las muchas hectáreas de la villa y podrás encontrar jardines laberinto, grutas, lagos, esculturas, pérgolas… Si quieres recorrerlo a fondo puede ser buena idea alquilar una bicicleta.
Villa Ada es el segundo parque público de Roma. Dedica unos minutos a pasear por sus jardines buscando el Templo de Flora. Este pequeño templete neoclásico imita a los construidos durante la épica romana. Como curiosidad la familia Saboya se construyó un bunker en las jardines de la villa, ante la posibilidad de un ataque aéreo durante la guerra. Los restos aun pueden verse en días concretos. Puedes informarte en su web.
Antes de llegar al Jardín de los Naranjos (que desarrollo en Miradores) tienes el Rosal Municipal, no es gratis porque hay que hacer un donativo, pero uno de los jardines más románticos de Roma. Sobre todo en mayo, cuando florecen más de 1000 especies distintas de rosas.
Miradores.
El Jardín de los Naranjos.
Este sitio te regalará una de las puestas de sol más bonitas que verás en tu vida. No muy lejos del Circo máximo, en la colina del Aventino, tendrás Roma a tus pies. Si tienes suerte algún músico callejero amenizará tu atardecer y todo será mágico.

Muy cerca está la Plaza de los Caballeros de la Orden de Malta, la famosa cerradura por la que ver enmarcada la cúpula de San Pedro. Puede haber un poco de cola para mirar por ella, no te sorprendas.
El Mirador de Pincio.
Desde los Jardines de Villa Borghese, el mirador de Pincio es otra de esas vistas mágicas. Piazza del Popolo a tus pies (y buena parte de Roma).
A su lado, buscad el reloj de agua de Pincio, es una curiosidad muy a tener en cuenta.

Desde el mirador de Pincio llegarás sin esfuerzo al Mirador en la Trinità dei Monti, sobre la escalinata de Piazza Spagna.
El mirador de El Gianicolo
Quizas el menos accesible de todos, el mirador de Gianicolo se encuentra sobre el Trastevere. En el podrás ver, además de otra vista espectacular de Roma, la estatua de Garibaldi. Desde ella se dispara todos los días un cañón a las 12 de la mañana.
Mirador del Monumento Vittorio Emmanuelle.
Este monumento es accesible, aunque para la terraza superior se cobra entrada (unos siete euros). Si quieres ahorrarte esos eurillos puedes subir a la cafetería de la segunda planta. En su terraza tendrás muy buenas vistas gratis.
Y a ti ¿se te ocurren más cosas que hacer gratis en Roma? 🙂