Brantôme es una pequeña comunidad del Périgord, en el departamento de Dordoña y una de las más bonitas de la región. Atravesado por el río Dronne, el pueblo se articula en torno a este, por eso es conocido como la Venecia del Périgord.
Sus grandes atractivos son, además de su belleza, su abadía y sobre todo algunas tallas que se pueden encontrar en ella. ¿Damos un paseo?

Brantôme paraíso junto al río.
El pueblo de Brantôme surge en un meandro del río Dronne y se empieza a construir en torno a la torre de su abadía que, por cierto, es la más antigua de toda Francia. Construida en el siglo XI, a la torre se puede acceder para obtener una preciosa vista de todo el pueblo en los días claros.

Son cinco puentes los que unen la parte más antigua de Brantôme con la zona de la Abadía. Sin duda el más famoso es el precioso puente Pont Coude (acodado, por razones obvias) del siglo XVI.
Junto a él podremos ver el molino sobre el Dronne, una preciosa casa histórica. Por cierto, que se trata de un hotel restaurante Le Moulin de l´Abbaye, con una Estrella Michelin.
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Desde el puente acodado no tardarás en llegar al Jardín de los Monjes, un precioso espacio verde en el que pasear, relajarse y no pensar demasiado.
Brantôme es uno de los pueblos más bonitos del Perigord Blanco. También puedes visitar su capital Périgueux que está a unos 30 minutos.
La Abadía de Brantôme
Cuenta la leyenda que la Abadía fue fundada por el mismísimo Carlomagno en el siglo XI para albergar las reliquias de uno de los Santos Inocentes, Sicario. Evidentemente no era tal y como la conocemos ahora pues el primer gran edificio que encontramos hoy en día es renacentista. De aquella época sobrevive su campanario románico, como os contábamos, el más antiguo de Francia.


Obviando un poco la leyenda, debéis saber que la abadía, antes que benedictina fue troglodita. Sus orígenes se encuentran excavados en la roca, donde sus primeros habitantes buscaron cobijo y aun quedan vestigios que podremos apreciar. Aunque sabemos que antes de Carlomagno hubo otros monjes utilizando estas grutas, su pista se pierde en el siglo IX a causa de las invasiones normandas.

Aunque la abadía y al zona son prosperas, sufren bastante durante la Guerra de los 100 Años, de ahí las numerosas modificaciones que sufre. La iglesia se reconstruye en estilo gótico a excepción del campanario y es en el siglo XVI cuando por fin se construye el gran edificio renacentista para las dependencias de los monjes.
Las Grutas de la Abadía:
Posiblemente de las visitas más curiosas de la zona del Périgord. Las grutas de la Abadía de Brantôme te dejarán hacerte una idea como fue la vida de los primeros habitantes del monasterio. Bajo el desfiladero encontraremos sus habitaciones, un palomar, una sala con una fuente, comedor…

Hay muchas salas excavadas pero, sobre todo, os abrumarán las dos salas talladas con relieves. Una de ellas conocida como El Juicio Final, es de las más sobrecogedoras. Fue tallada durante el siglo VIII.

También es digna de admirar la fuente Milagrosa de San Sicario donde, dicen, estaban los restos del santo antes de ser trasladados a la Abadía actual.
Prepara tu visita.
¿Cómo llegar a Brantôme?
Para llegar a Brantôme lo más sencillo es llegar en coche, está en la carretera que une Burdeos con Périgueux.
Hay habilitados varios parkings muy cerca de la abadía por lo que no tendrás problema para dejar el coche. Incluso, si viajáis en caravana, tenéis un espacio verde enorme de acampada justo detrás del Jardín de los Monjes.
También podéis llegar desde Périgueux en autobús, desde la plaza Francheville. Son unos 30 kilómetros y el bus tarda unos 30 minutos.

Entradas y horario de la Abadía.
Tened en cuenta que la Abadía no está abierta en Enero, abre de mediados de febrero hasta final de diciembre. Además cierra los lunes.
El horario en verano es de 10 a 18 y en invierno hasta las 17. Podéis entrar hasta 45 minutos antes de la hora del cierre. Lo mejor es consultar los horarios en su web para asegurarse la visita.
El precio de la entrada para la visita por libre es de 6 euros la normal y 4 la reducida. Si queréis visita guiada el precio es 7,50.
Si además de las grutas queréis entrar a la Abadía (edificio renacentista) y subir a la torre se puede hacer mediante otra visita guiada de 7,50€.